Soy cabezota, repugnante, orgullosa, desordenada y terriblemente desastre. Si me propongo algo, lo voy a conseguir, sea como sea. Si damos un paseo, seguramente acabe diciendo alguna tontería para romper el hielo pero te reirás tanto que te saldrán agujetas. Soy desconfiada, siempre pienso que la gente cree lo peor de mí; no confío en mí, y esa desconfianza hace que no crea ni en mis propios sueños. Nunca me han enseñado a sufrir, es de esas cosas que se aprenden a medida que suceden, causando un dolor impredecible. Nunca creí en hadas ni en la mitología Griega o Romana, siempre vivo en el presente, en el aquí y ahora; y lo que pasó, pasado está y lo que no pasó, ya pasará. Siempre miro hacia atrás, por si me he olvidado algo importante de lo que no pueda prescindir el resto de mi vida. Tengo tan buena memoria, que te sorprendería todo lo que sé de ti en poco tiempo. Tengo miles de defectos, algunos mejores que otros, y pocas virtudes, pero las que tengo las sé aprovechar. Mi gran sueño es considerarme, aunque solo sea por un día, completamente feliz y sin ninguna preocupación que acabe por amargarme el día y que haga que me pare a pensar: "¿por qué a mí?"Como ves, soy todo lo que tú no buscas. La más rara de todas, la que tiene más defectos, la más fea, la que siempre tiene algo que decir, la que nunca busca un por qué, si no que se traga todo lo que le cuentan. La peor. ¿Pero sabes? Quizá sea la que más te conviene.
