Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto... Sácame de quicio, hazme sufrir. Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida, líbrame de mi estigma. Llámame tonta. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora... no me arrastres, no me asustes... Vete lejos... pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo.
Soñadores
jueves, 10 de febrero de 2011
Aprendí a dar y recibir amor incondicionalmente. Uno debe aceptar a los demás tal y como son, y aprendí la lección más importante de todas: no hay cosa más triste en la vida que el talento malgastado. Las decisiones que uno tome, determinan su futuro para siempre. §•$, felicidad.