Báilame el agua. Úntame de amor y otras fragancias de tu jardín secreto... Sácame de quicio, hazme sufrir. Ponme a secar como un trapo mojado. Lléname de vida, líbrame de mi estigma. Llámame tonta. Olvida todo lo que haya podido decirte hasta ahora... no me arrastres, no me asustes... Vete lejos... pero no sueltes mi mano. Empecemos de nuevo.
Soñadores
sábado, 13 de noviembre de 2010
No sabes cuánto duele;
Los golpes duelen, por supuesto que duelen, como todos los golpes.Pero lo que más duele no es el golpe en si, si no ver como cada día ese golpe se repite, vuelve, y la gente se encarga de recordártelo día tras día, como si de muñecas se tratasen, como intentando repetirte lo que perdiste.Echándotelo en cara.Ese, es un gran golpe.
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